Imagen
Entonces, un día decidí que quería ser “artista”, y parecía la decisión más lógica que hubiera podido tomar. Sin embargo no fue así, lo fácil fue tomar la decisión, pero lo difícil ha sido mantenerla durante los últimos 5 o seis años, ya que al tomar decisiones así te echas a un mundo encima.

De entrada, nadie quiere que uno sea artista, te lo dicen desde los conocidos, después los amigos, las novias, la familia, la familia de la familia, los que te entregan las radiografias, los médicos, los meseros, las iglesias, los pensamientos en facebook, y todo lo que pueda contener alguna molécula de información.

Muchas veces he pensado en dejar de ser artista, pero si dejara de ser artista, entonces tendría que dejar a un lado como un ochenta por ciento de mis deseos y sueños en esta vida, y olvidarme de la felicidad que para mi implica ser un artista, y luchar por serlo, porque siendo feliz uno puede luchar por muchas cosas, pero no es posible al revés. Entonces fui a que me sacaran una radiologia para ver si todo estaba bien por adentro.

Los doctores, y los especialistas me decían que todo estaba bien, pero aún así yo sentía como una “bolita” en mis pensamientos. Así duré un año y medio, hasta que un día fui con un psicólogo y le pregunte al respecto de esa “bolita” que ocupaba mis pensamientos y preocupaciones. Él me dijo que eso que yo tenía era meramente lo que yo decía, una “bolita” en mis pensamientos, o sea que no era real, que eran mis preocupaciones y pensamientos negativos tratando de hacerse “tangibles” y que de cierta manera es una forma de defenderse, aunque a la vez también de autodestruirse.

Entonces, esa vez me quede pensando un millón de cosas, o es más, dos millones punto treinta y cuatro, porque esa será la edad en la que logre mis sueños pensé. Y sí, después de eso, comencé a dejar de pensar en esa “bolita” y lo logré, afortunadamente y curiosamente me convertí en artista y eso que ni siquiera tengo 34 años, solamente tengo 24.

Dejé de hacerme radiologías y las cosas mejoraron indudablemente, los nervios se tranquilizaron, la sangré galopó de una manera más elocuente y mi hablar se convirtió en un placer, y no como antes, que era una monserga. Una vez me encontré a uno de mis doctores comprando un licuado a unas cuadras de mi casa, y me preguntó que si como estaba todo, a lo que le respondí “¿lo conozco?”

Pero no es que me guste ser mala persona, sino que a veces es mejor deshacerse de los problemas así, solamente no pensar en los problemas es como una barrera para que no pasen, es como liberar la mente, los problemas de cualquier manera siempre van a existir, es parte de la naturaleza humana, lo que no debe de existir es el stress, ni las malas radiografias.

Ni siquiera les he dicho que tipo de artista soy, eso es obvio, soy el artista de la mitomanía, de lo inexistente siendo existente, del hambre que no hay convirtiéndose en una llenadera, en otras palabras, soy un poeta. Pero una especie de poetas que no quiere vivir de su arte, tampoco quiere regalarla, solamente quiere que exista y que la gente pueda conocerla.







Leave a Reply.